¿Estamos ante un nuevo MEMO? (MExico MOment) Por Dr. José Alfredo Miranda López
Relocalización de inversiones y cadenas de suministro.
Hace ya casi diez años, en 2013, me invitaron de la Universidad de New York (NYU) a hablar de México en el contexto del llamado Mexico Moment (MEMO). Aquella oportunidad histórica de crecimiento y desarrollo se perdió como tantas otras opciones que hemos tenido de lograr mayor prosperidad y mejor distribución de la riqueza. Ahora, los cambios provocados por la nueva era parecen anunciar un mundo multipolar, menos global y más regional, pero aparece nuevamente lo que podría ser un momento oportuno para México.
Hoy el cambio de época acelerado por la pandemia, el cambio climático, las migraciones, la disrupción de las cadenas de suministro, la invasión rusa a Ucrania y todas las consecuencias resultantes como la inestabilidad económica, la incertidumbre, la alta inflación y la disrupción tecnológica, provocan cambios profundos. Estos cambios, reflejan unas condiciones geopolíticas, sociales y económicas que favorecen a México como un punto de atracción de la inversión nacional y extranjera para atender uno de los más grandes mercados del planeta. Destaca sin duda la manufactura avanzada de exportación. Los tomadores de decisiones están observando a México.
En efecto, los inversionistas voltean a ver a México como una plataforma potencial que les permita reducir sus tiempos de entrega, bajar los costos de transporte y aprovechar el enorme talento humano y capacidad de gestión existente. Los números de inversión extranjera directa superan los treinta y dos mil millones de dólares en los tres primeros trimestres del 2022, donde la mitad provienen de Estados Unidos y Canadá.
Estos flujos de inversión extranjera directa crecen 30% respecto al mismo período del año anterior lo que demuestra una posible tendencia. Algunos opinan que esta tendencia podría significar más de 95 mil millones de dólares al año.
Como es natural, la inversión privada nacional acompañaría, como lo hace normalmente, a la inversión extranjera directa para recibir esos flujos e integrar las cadenas de valor. De hecho, la inversión fija bruta creció 3.3% según INEGI y el rubro preponderante es maquinaria y equipo, otro buen indicador generado por los inversionistas privados.
Los temas demográficos en términos del tamaño de la población y el mercado y el promedio de edad de 29 años de nuestro país son otros alicientes para el MeMo.
Sin embargo, enfrentamos algunos retos clave para poder responder a este nuevo momento mexicano, ante esta extraordinaria oportunidad. Aquí están los principales: México ha descuidado la inversión en infraestructura dando prioridad al gasto y esto se refleja principalmente en temas que son claves para el nearshoring como son carreteras, vías férreas, aeropuertos, telecomunicaciones y puertos que apunten fundamentalmente al norte, donde están los mercados de interés principales. La inversión fija bruta no es suficiente.
Los inversionistas y empresarios enfrentan varios problemas comunes como son la escasez de energía eléctrica y de gas, de agua y de parques industriales listos para instalarse, todos temas de inversión de largo plazo en infraestructura.
El estado mexicano debería destinar mucho mayor presupuesto para apuntalar estos factores y tener una plataforma atractiva para los inversionistas. A fin de cuentas, la inversión productiva es la única que genera valor, empleo, movilidad social y oportunidades. No hay mejor programa social que el empleo digno y bien remunerado.
La inseguridad y la impunidad son otros dos factores claves que sin duda pueden frenar la inversión y se podrían contrarrestar con una verdadera reforma al sistema judicial y el imperio del estado de derecho.
Finalmente, un cambio en el discurso y acciones del gobierno actual ante el mundo de los negocios y en particular ante nuestros socios comerciales regionales en el marco del T-MEC podría atraer esas decisiones de inversión que nos permitan aprovechar la oportunidad, retomar el crecimiento y así lograr mejor desarrollo y prosperidad.
Los economistas y observadores ven la oportunidad. Los empresarios están concretando la oportunidad, tomando decisiones e invirtiendo. Ahí están los números.
Sugiero y espero que quienes toman decisiones en el gobierno también haga su parte: eso daría lugar a un verdadero MeMo.